martes, 30 de noviembre de 2010

Corto núm. 3: Soledad

Queridos y queridas lectores/as empedernidos, me complace anunciarles que colgamos una pequeña historia relacionada con (el titulo ya lo dice) la soledad, esperamos que se identifiquen con el protagonista y nos den su opinion jejeje deseamos que les guste:

Soledad
El atardecer aparece, a través de las montañas, que arden en un mar de llamas carmesí, entretanto el sol se oculta lentamente, dando paso a la oscuridad. El movimiento de la ciudad sigue su curso sin detenerse, el rugir de los coches y el hablar de las personas aún resuenan en el silencio atronador de la vida. Camino lentamente, persiguiendo algo que no existe, algo no material que deseo conseguir…
El sol desciende definitivamente, hasta que la noche se apodera del día, dejando el único resplandor de la luna y las estrellas, que alumbran débilmente el camino de las personas que continúan deambulando por las calles de una ciudad sumida en las sombras del anochecer.
Caminando sin rumbo llego a un parque cercano, habitado simplemente por unos columpios  solitarios que se mecen dulcemente al compás del viento, el lugar permanece lóbrego, sin ningún rastro de claridad por los alrededores. Decido sentarme en uno de ellos y descansar unos instantes, las casas más próximas a mí, permanecen cerradas, no obstante, se puede distinguir una tenue luz en su interior. Suspiro con pesar y dirijo la mirada al cielo, donde también se divisan débiles señales de luz. Alargo el brazo hacia el cielo para tocar una de ellas y sentir su calor, pero están demasiado altas y no puedo alcanzarlas.
La noche se vuelve cada vez más fría, y el movimiento se detiene, todo queda en silencio y las luces de las casas se apagan súbitamente, la ciudad queda en penumbra, y vuelve la soledad. Camino hacia mi destino sin poder evitarlo, sin saber a dónde voy…
Las nubes se acercan con sigilo y cubren el cielo entretanto dejan caer gotas de lluvia que se mezclan con mis lagrimas, rozan mi pelo y humedecen la tierra. Llego a un arroyo cercano donde habitualmente residen muchos peces, pero no hay nada, simplemente las gotas de lluvia que repiquetean sobre el agua, impidiendo así poder ver el interior. Tomando una decisión precipitada, decido seguir el camino del riachuelo, pues él me llevará hacia su propio final.
Las nubes desaparecen con sigilo y el cielo se aclara lentamente, las estrellas se desvanecen una por una y la luna pierde su brillo, entretanto el sol comienza a teñir las olas del mar de un color escarlata, la ciudad resurge y el silencio desaparece para dar paso a la monótona vida de los habitantes que habitan la ciudad, el rugir de los coches y el hablar de las personas resuenan por todos los lugares, entretanto el amanecer aparece a través del mar. Miro el sol que me calienta y sonrío con satisfacción, pues no he encontrado aquello que buscaba pero aún quedan muchas noches para seguir el camino que he trazado, el camino que me llevará hasta mi propio amanecer…  

¿Continuará?

Esperemos que les haya gustado y tal y comente porfavor!!! solo asi no nos volveremos a ir y abandonar el blog!!

                                White Rose & Revenge

No hay comentarios:

Publicar un comentario