viernes, 14 de enero de 2011

Frerard I Cap. 2

Lo primero que queremos hacer es agradecer a todos los seguidores del fic y que nos comentan, muchas gracias. Este capítulo va dedicado a todo@s, disfrutad con el cap :)





Cap. 2

Llevaba esperando en el pasillo unas cuantas horas, el sol se ocultaba tras las montañas, el silencio y la oscuridad se apoderaban lentamente del hospital dándole una apariencia lúgubre. Súbitamente, oí unos pasos apresurados y voces estrepitosas que se dirigían hacia el lugar en donde yo me encontraba. Restándole importancia, oculté mi rostro con las manos e intenté alejar de mi mente todo pensamiento de Frank.
-¿Gerard? – Preguntó una voz masculina.
Al levantar el rostro vi a mi propio hermano, Mikey, a su mujer Alicia y a Reegie, el batería de nuestro grupo, los tres me observaban con aflicción.
-Sentimos llegar tarde – Mikey se sentó a mi lado – Tuvimos algunos problemas, ¿cómo está?
-No lo sé – Dije apesadumbrado – No he podido verle, el doctor me dijo que tendrían los resultados en una hora aproximadamente, y llevo aquí desde las…
-Desde las 3 de la tarde, ya lo sabemos – Dijo Alicia con fingida impaciencia – Nos llamaron desde la recepción del hospital para pedirnos que te viniéramos a buscar – Bromeó.
Mikey le lanzó una mirada furtiva, suspiré.
-Mira Gee, no le des más vueltas - Dijo Reggie, apoyando su mano en mi hombro – Seguro que solo se ha golpeado la cabeza y dentro de unos días le tendremos dando guerra como de costumbre – Sonrió – Lo peor que le puede haber pasado es haber perdido un par de centímetros por el golpe.
Le devolví la sonrisa sin mucho ánimo, rezando por que las palabras de Reggie no fueran en vano. De repente, el doctor apareció tras la puerta, me levanté rápidamente, haciendo que los demás se sobresaltase, y me acerqué a él con anhelo.
-¿Cómo está Frank? – Le pregunté jadeando.
-Sr… Way ¿cierto?
-Sí, soy yo, ¿Cómo está Frank? – Volví a preguntar.
-Tranquilícese, hombre, pase a mi despacho, allí estaremos más tranquilos – Dijo al percatarse de la presencia de Mikey i los demás.
Asentí con nerviosismo y seguí al viejo doctor, que me dirigió hacia una pequeña habitación que sin duda era su despacho, con una apariencia tan vieja como la de él.
-Bueno Sr. Way, he de decirle que el Sr. Iero se encuentra en perfectas condiciones – me erguí – Sin contar el brazo en cabestrillo y las dos costillas rotas, no sufre de ninguna otra lesión.
Sonreí satisfecho y me desplomé en la silla más cercana, pero aquel sentimiento no se prolongó mucho más tiempo, pues el temor que me había torturado durante horas volvió a aparecer.
-Doctor… antes, cuando entré a la habitación de Frank, él… él no me reconoció.
El viejo tomó aire antes de contestar.
-En efecto, el Sr. Iero parece haber perdido la memoria – Tras aquellas palabras, sentí que mi ánimo se derrumbaba – Puede haber sido por el accidente o por algo psicológico, no lo vemos claro, lo que si sabemos – Alzó la voz al ver que quería interrumpirle – es que es temporal – Concluyó.
-Temporal – Dije – Eso quiere decir… ¿que recuperará la memoria? – El doctor asintió – ¿Y cuanto tiempo se necesita?
-Eso no podemos saberlo, pueden ser horas, días, semanas o incluso años, todo depende del mismo Sr. Iero, solo podemos esperar.
Agradecí su ayuda y salí de la sala donde los demás me esperaban con impaciencia, les conté todo lo que me había dicho el doctor y los tres me miraron estupefactos.
-Entonces… - Comenzó Alicia asimilando mis palabras – ¿no se acuerda de nosotros? – negué con la cabeza.
-¿Sabes cuando le darán el alta? – Preguntó Reggie con interés, su reacción me desconcertó.
-El doctor dijo que en una semana más o menos.
-Pues eso es un problema – Saltó de repente Alicia – Jamia no viene hasta dentro de un mes y no creo que pueda cuidarse él solo.
-Eso no es inconveniente – Dijo Reggie – Yo puedo ir a su casa y cuidarle, no me molesta, no tengo nada mejor que hacer de todas maneras – Me lanzó una mirada significativa, estaba empezando a molestarme su comportamiento.
-De eso nada – Negué alzando la voz – Si alguien tiene que cuidar a Frank ese voy a ser yo – Mis palabras finalizaron la conversación.
Me dirigí a la habitación de Frank con paso seguro, aun sabiendo que sus ojos me mirarían como a un extraño, que ya no me sonreiría como lo hacía normalmente, y lo más importante, que me habría dejado de querer. 



White Rose & Revenge

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